La frase "los hombres también lloran", que reclama la sensibilidad masculina, debería complementarse con "los hombres también fingen".
En una encuesta aleatoria realizada por teléfono a 1.501 estadounidenses, las conclusiones fueron que un 48% de las mujeres y un 11% de los hombres fingen el orgasmo.
El tanto por ciento de hombres fingidores aumentó hasta el 30% en un estudio realizado en la Universidad de Kansas entre 101 mujeres y 180 hombres. El porcentaje de mujeres que admitieron haber fingido el clímax fue del 67%.
En otro estudio realizado en Gran Bretaña en el que encuestaron a 1000 hombres y mujeres de 18 a 65 años, el 15% de los hombres admitieron haber simulado el orgasmo alguna vea en su vida. De estos, casi la mitad reconocieron que habían fingido casi un 70% de las veces. El tanto por ciento de mujeres sobreactuadoras fue del 50%.
Demasiada presión
Los motivos de que tanto hombres y mujeres falseen los orgasmos habría que buscarlos en la creciente presión sobre nuestra vida sexual por la cual todos tenemos que ser fenómenos sexuales abiertos a todas las experiencias y a que nuestra satisfacción se mide ya no por llegar al orgasmo sino por el número de orgasmos, especialmente en las mujeres, sin tener en cuenta el camino. Es decir, se busca obtener resultados y rendir en lugar de disfrutar y dar placer.
Para entender que los hombres fingen el orgasmo hay que tener en cuenta que ellos pueden tener orgasmos sin eyacular y a la inversa. O sea, que la "prueba" en un preservativo o un gruñido de placer supremo o incluso un grito o varios no son sinónimos de que ellos hayan tenido un orgasmo.
Y al revés, la ausencia de sonidos del amor delatores o de emisión de semen no significa que ellos no hayan llegado a lo más alto.
Sin embargo, no empecemos a sospechar de ellos. Simplemente disfrutemos y hablemos con franqueza si tenemos cualquier problema.
¿Por qué fingimos?
Las mujeres fingen para reforzar la autoestima de su pareja o no herirla o, también, para terminar con un acto sexual demasiado largo. Los hombres simulan para no romper la imagen viril que tiene de ellos su compañera de juegos o por miedo al abandono.
La anorgasmia en los hombres puede deberse a factores variados como estrés, ansiedad, miedo al embarazo, miedo a que los cacen, depresión, fatiga, culpa, problemas con la pareja o el consumo de drogas o alcohol. Todos estos problemas pueden provocar eyaculación retardada o anorgasmia y el hombre se puede sentir tan presionado que decide sobreactuar para que su partenaire no lo juzgue o no se sienta mal.
Fingir no es la solución, sino todo lo contrario; puede hacer que este problema se convierta en crónico.
La solución, como siempre, está en comunicarse con la pareja, abordar el tema de frente y expresar lo que nos gusta y lo que queremos.
Fuente: www.lamaletaroja.com
En una encuesta aleatoria realizada por teléfono a 1.501 estadounidenses, las conclusiones fueron que un 48% de las mujeres y un 11% de los hombres fingen el orgasmo.
El tanto por ciento de hombres fingidores aumentó hasta el 30% en un estudio realizado en la Universidad de Kansas entre 101 mujeres y 180 hombres. El porcentaje de mujeres que admitieron haber fingido el clímax fue del 67%.
En otro estudio realizado en Gran Bretaña en el que encuestaron a 1000 hombres y mujeres de 18 a 65 años, el 15% de los hombres admitieron haber simulado el orgasmo alguna vea en su vida. De estos, casi la mitad reconocieron que habían fingido casi un 70% de las veces. El tanto por ciento de mujeres sobreactuadoras fue del 50%.
Demasiada presión
Los motivos de que tanto hombres y mujeres falseen los orgasmos habría que buscarlos en la creciente presión sobre nuestra vida sexual por la cual todos tenemos que ser fenómenos sexuales abiertos a todas las experiencias y a que nuestra satisfacción se mide ya no por llegar al orgasmo sino por el número de orgasmos, especialmente en las mujeres, sin tener en cuenta el camino. Es decir, se busca obtener resultados y rendir en lugar de disfrutar y dar placer.
Para entender que los hombres fingen el orgasmo hay que tener en cuenta que ellos pueden tener orgasmos sin eyacular y a la inversa. O sea, que la "prueba" en un preservativo o un gruñido de placer supremo o incluso un grito o varios no son sinónimos de que ellos hayan tenido un orgasmo.
Y al revés, la ausencia de sonidos del amor delatores o de emisión de semen no significa que ellos no hayan llegado a lo más alto.
Sin embargo, no empecemos a sospechar de ellos. Simplemente disfrutemos y hablemos con franqueza si tenemos cualquier problema.
¿Por qué fingimos?
Las mujeres fingen para reforzar la autoestima de su pareja o no herirla o, también, para terminar con un acto sexual demasiado largo. Los hombres simulan para no romper la imagen viril que tiene de ellos su compañera de juegos o por miedo al abandono.
La anorgasmia en los hombres puede deberse a factores variados como estrés, ansiedad, miedo al embarazo, miedo a que los cacen, depresión, fatiga, culpa, problemas con la pareja o el consumo de drogas o alcohol. Todos estos problemas pueden provocar eyaculación retardada o anorgasmia y el hombre se puede sentir tan presionado que decide sobreactuar para que su partenaire no lo juzgue o no se sienta mal.
Fingir no es la solución, sino todo lo contrario; puede hacer que este problema se convierta en crónico.
La solución, como siempre, está en comunicarse con la pareja, abordar el tema de frente y expresar lo que nos gusta y lo que queremos.
Fuente: www.lamaletaroja.com
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