Sexo y sólo sexo
Los motivos para desear una sesión de pasión sin compromisos ni ataduras son muchos.

Nuestra clasificación, divertida e inspiradora, esta elaborada a partir de conceptos como las razones por las que se desea o surge una velada de sexo y/o intimidad, la ocasión y oportunidad, las circunstancias, el estado sentimental, las experiencias y opiniones de las mujeres y una clasificación realizada por un estudio sobre el sexo en los tiempos modernos.

Hemos encontrado 19 tipos, aunque seguro que hay más, ¿Cuál es el tuyo o tuyos?

1. Sexo caramelo
Los dos estáis en un buen momento, tenéis claro que no queréis compromisos –no porque tenéis el corazón destrozado por otro sino porque en este momento cada uno está bien consigo mismo-, compartís la buena onda... y surge.
Ya se sabe, a nadie le amarga un dulce sobre todo si los dos estáis en la misma sintonía de felicidad y despreocupación.
Es el sexo que se vive en el presente, sin pensamientos sobre si puede haber una relación o no y sin preocuparse para nada del futuro.

2. Sexo nostálgico
Es el encuentro con la ex pareja. Tiene la ventaja de que, al fin y al cabo, te conoce y sabe darte placer. La parte negativa puede ser que si uno de los dos no está totalmente desenganchado del otro, puede tener una recaída en sus sentimientos.
Si los dos tenéis una recaída y decidís intentarlo de nuevo, volveréis a caer en la misma trampa que os llevó al fin.


3. Sexo carroñero
Ligar en los locales de moda está genial. Si el encuentro se produce a partir de las tres de la mañana, seguramente cuando abras los ojos y te lo encuentres a tu lado gritarás y tendrás ganas de salir corriendo. Hazlo mientras puedas...

4. Sexo con premeditación y alevosía
Quedas con alguien que has conocido y con el que coqueteas a través de Facebook, Meetic o cualquier otro medio de Internet (jamás tuvimos tantas oportunidades como ahora de conocer hombres y escoger...!!!). En la mente de los dos está claro lo que puede pasar si os gustáis. Aun así, haz que se lo trabaje y te agasaje y flirtea a discreción con él.

5. Sexo prohibido
Uno de los dos (o los dos) está casado y no quiere dejar su relación pero necesita un plus de emoción y novedad.
Ser "la otra”"(siempre y cuando no aspires a convertirte en la primera) tiene sus ventajas. El acicate del riesgo y de lo prohibido pueden ser muy sexys...

6. Sexo sopita para el alma
Tu autoestima está un poco baja, has tenido un mal día, tienes mal de amores o la vida te trata mal… Y aparece él, sea quien sea, con una sonrisa.
Déjate mimar, muéstrate tierna para seducirle y para darle las claves hacia ti y que te dé sexo-cariño. No obstante, bajo ningún concepto empieces a contarle todas tus desgracias si no quieres arruinar el momento. Sí puedes mostrarte vulnerable y decirle que tienes un mal día para despertar su parte protectora y que te mime.

7. Sexo salvación
O sexo de última hora. Es cuando recurres a ese amigante (amigo amante) o ami-roce o cuando él te llama para quedar a última hora.
Es sexo del bueno que funciona y los dos tenéis la suficiente confianza como para llamar en cualquier momento y que el otro no se piense que le están intentando atrapar o que le utilizan, ¿verdad????

8. Sexo asignatura pendiente
Si alguna vez coincides con ese novio de la adolescencia con el que nunca llegaste a nada o con ese hombre que te gustaba pero estaba casado y ahora está libre, o con el chico que te gustaba en la facultad y sólo te miraba como amiga o con tu amor platónico... Es el momento de cerrar el tema.
Si tus expectativas son altas, puedes sufrir una decepción

9. Sexo salvaje
Es el sexo que nos libera por sorpresa de nuestras limitaciones y tabús. De repente, te encuentras a ti misma besando apasionadamente a un hombre atractivo en cualquier lugar público y sabes que vas a ir a más y que incluso podrías hacerlo con él ahí mismo.
Nunca lo habías hecho antes, quizá nunca lo vuelvas a hacer, quizá siempre has sido seria y modosita... pero...
Felicidades, ¡has encontrado al hombre que es físicamente tu media naranja! El hombre con feromonas complementarias a las tuyas.
Cuidado, ¡no confundas esa pasión que te nubla los sentidos con el amor!


10. "Amor" con fecha de caducidad
Es el sexo-relación que se disfruta con un amigo con el que estás bien, pero, por las razones que sea, no puede haber una relación.
Los dos sabéis que lo vuestro durará hasta que el otro encuentre el amor... y os parece bien.
Tienes muchas de las ventajas de tener pareja, como una cierta estabilidad y alguien en quien confiar, pero sin los inconvenientes como pueden ser ser fiel, dar explicaciones de a dónde vas, tener la "obligación" de quedar los fines de semana, conocer a su familia y que te caiga bien o acompañarle en sus hobbies... etc.

11. Sexo con amor... unilateral
En principio, quedó claro que lo vuestro era sólo físico. Si él se cuelga, francamente, es su problema.
Si eres tú la que está empezando a sentir algo por él, desmárcate, no le vas a hacer cambiar de opinión. Quizá es el momento de diversificar y buscar un nuevo admirador (o dos...).

12. Sexo revisitado
Tuviste una cita con noche de pasión con un hombre y la experiencia te marcó. Vuelves a coincidir, es el momento de un buen Deja Vu.
Si lo que te marcó fue el hombre y siempre quisiste que él se enamorara de ti y tuvieráis una relación, déjalo correr.

13. Sexo helado de chocolate
Es el sexo que ocurre cuando quieres pasar página y conjurar el recuerdo de tu ex novio con el que has roto recientemente o cuando, simplemente, quieres probar algo nuevo después de una relación larga que ha terminado.


14. Sexo por despecho
Es el mismo caso que el anterior pero cuando todavía se está en pareja y las cosas no van bien o el que se supone tu amor te ha hecho daño o te la ha jugado.
Gestiona bien tus emociones y sentimientos y, sobre todo, ¡no lo confieses jamás a tu novio!!!

15. Sexo compasión
Nada que ver con el sexo con pasión. Quizá él es un hombre que ha estado enamorado de ti y nunca le has prestado atención. No te resultaba muy atractivo, pero te ha pillado en un momento vulnerable y... acabas entre sus brazos.
Si es así, no queda muy claro quien siente compasión de quien...

16. Sexo complemento circunstancial
Una buena noticia, un momento feliz, el entusiasmo en un concierto, un día perfecto te hacen sentir sexy y feliz y, simplemente, pasa.

17. Sexo repostaje
O sexo escala técnica. Vas por la calle y, por casualidad, estás cerca de casa de ese amigo con derecho a roce. Llamas a su puerta, está y... ¡sorpresa!

18. Sexo Touch and go
Tienes un encuentro apasionado, premeditado o espontáneo, y te vas a tus asuntos al terminar porque "es una lástima, pero no puedo quedarme".

19. Sexo odio
Todo empieza con una discusión o varias. Él es el hombre que te saca de quicio. No obstante, ya se sabe que el odio es una gran pasión y que entre el amor y el odio la frontera es muy tenue... ¡Disfrútalo y odíalo/ámalo esa noche con toda tu pasión!


Fuente: Alicia Misrahi. Blog: Vida, amor y sexo
Masajes para Erecciones más Duraderas
Cuanto más conocemos nuestro cuerpo más sencillo nos resulta conseguir placer. A las mujeres, por norma general, nos cuesta masturbarnos o como mínimo reconocerlo. En los hombres, es al contrario, conocen al milímetro su pene y saben cuándo van a eyacular. De todas las complejidades del sexo, la eyaculación masculina, es una. Bajo un punto de vista femenino, no es tanto la eyaculación como el mantener más tiempo la erección. Algo que va bastante ligado.

A muchos hombres les causa cierta angustia y a muchas de nosotras, también. Me refiero a una eyaculación antes de lo previsto o deseado, sin ser eyaculación precoz. ¿Cómo podemos hacer que el sexo sea más placentero y controlar mejor la eyaculación, consiguiendo así el pene erecto por más tiempo?

Una opción son los masajes. ¿Recordáis el capítulo de Sex and the City en el que Charlotte invita a las chicas a una charla con una gurú del sexo? La actividad consiste en dar un placentero masaje al hombre hasta que eyacula. La finalidad de Charlotte no era simplemente la de otorgar placer a su pareja, pero quedémonos con la imagen con el masaje. En otra ocasión, Samantha se “encapricha” de su monitor de yoga. Él le dice que no puede mantener sexo convencional puesto que practica el tantra. Ella decide aprender sobre el tema, él le explica los beneficios del control de la energía y que consigue un placer inmenso, dejando de lado las penetraciones y la eyaculación.


 La idea que todos tenemos a priori sobre el tantra es de gran placer. Es una práctica milenaria de origen oriental. El pilar del tantra es la erección. En el tantra la respiración debe ser pausada, la penetración suave, sin prisas y posponiendo la eyaculación, en la medida de lo posible. Es importante que tengamos claro que la premisa final no debe ser el orgasmo. El premio es todo lo que lo acompaña, todo aquello que sucede antes y después. El objetivo del tantra es llegar al éxtasis en sesiones de tres horas. Jugar con toda esa energía y todas esas sensaciones que nos arrastran más allá de los límites conocidos. Imagina como vives la excitación de uno de tus habituales encuentros. Perfecto. Multiplícalo por varias horas.

Se habla de que parte del éxito reciente y que se llenen páginas respecto a cómo conseguir erecciones más duraderas viene dado del ritmo de vida al que estamos sometidos. Por el cual cada vez buscamos pequeños refugios de paz y de autenticidad. El ambiente en el que estemos cobra especial importancia, debe ser cómodo, invitar a la relajación, una iluminación cuidada y cerciorarse de no tener interrupciones.

El contacto con la pareja y la estimulación erógena es esencial, evitando siempre la estimulación genital. Besos y caricias únicamente hasta llegar a la penetración. Llegado a este punto, los movimientos serán mínimos para poder sentir los cuerpos unidos. Cuando el hombre note la eyaculación cercana deberá respirar para retrasar al máximo el momento. Realmente es complicado y a parte de un control absoluto de la respiración la musculatura implicada también tiene una gran responsabilidad.



 Hablamos del lingam o representación del dios Shivá, relacionado con el falo. Por lo tanto, el pene. Así el pene y no es solamente la parte visible, sino que la musculatura púbica que lo sostiene e incluso el lingam llega un poco más hacia dentro, hacia la próstata y el ano. Se extiende desde la punta hasta el lugar en que se une a los testículos. En realidad, continúa a través de los testículos, siete centímetros y acaba en el ano. Durante las relaciones, estos siete centímetros responden de la misma manera que el resto del lingam, se hinchan y se hacen duros y extremadamente sensibles a la estimulación.

Cuando el lingam se eleva es porque está copado de sangre y ésta es retenida en el órgano por la contracción de los músculos compresores y eyaculadores, así mantienen la erección. Después de la eyaculación, los músculos se relajan, la sangre vuelve a su lugar y el lingam se ablanda. Estos músculos bulboesponjosos hacen que el pene se endurezca tirando de él hacia adelante y hacia arriba. Cuanto más potentes sean, más enérgica será la elevación. Además como envuelven la base, ayudan a retener la sangre en el pene, por lo que mantienen la erección. El tantra busca y trabaja fortalecer estos músculos. Y la forma de hacerlo es haciendo ejercicio.


Los ejercicios son similares a los que podemos hacer las mujeres. Lo primero es tomar conciencia de todos e ir contrayéndolos. Intentar hacerlo por separado. Jugar con el esfínter anal, con el perineo y con los del lingam. Se pueden hacer en cualquier parte, en cualquier momento. Con la práctica puede llegar a disociarse el movimiento de unos y otros.

Ahora que ya tenemos claras cuáles son las bases del tantra y cómo funciona el pene, vamos a desmitificar algunas cosas. El objetivo es llegar al éxtasis retardando la eyaculación. Retardar no significa eliminar. Es una necesidad biológica del hombre, si durante un tiempo prolongado se priva de la eyaculación puede provocar problemas de prostatis o cáncer de próstata. ¡Bien! Que nuestros chicos eyaculen pero un poco más tarde.

Los masajes son casi un arte, sabiendo que la retención del esperma permite prolongar la erección y llegar a un clímax más intenso. Teniendo localizado el punto mágico en el perineo cuando el pene está erguido, aplicar presión (con delicadeza y cierta precisión) con el dedo índice y corazón, cambiará de dirección la energía de la eyaculación en unos segundos. Es una técnica bastante sencilla. La comunicación con la pareja es necesaria para saber en qué momento nos encontramos y cómo ir procediendo. Es cuestión de paciencia y dedicación. La recompensa es mayúscula. 

Fuente: Blog Vivelsexo 


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