Los juguetes sexuales no son la panacea que soluciona la rutina o cualquier otro problema o falta de entendimiento sexual, pero son unos buenos aliados para introducir variedad y nuevos estímulos en la vida íntima.
Por muy reacios que sean un hombre o una mujer a usar este tipo de elementos, seguro que se les puede tentar con juguetes que inviten a la participación como un estiloso masajeador, una braguita con vibrador con mando a distancia, un cosmético erótico –como un aceite afrodisíaco comestible (con el que excitar más y mejor sus zonas más sensibles)...
Los juguetes deben presentarse como una sorpresa, algo especial para una velada especial, y siempre de acuerdo a los gustos de la persona con la que compartimos cama. Puede ser muy divertido idear un juego personal o una fantasía para desarrollar con el objeto.
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