El orgasmo es la sensación más intensa y placentera que se puede llegar a tener. Se respira con mayor profundidad, las palpitaciones del corazón se aumentan a 175 latidos por minuto, los genitales se crecen, 116 músculos pulsan y se contraen y luego…olas de endorfinas llenas de placer invaden el cuerpo. Suena perfecto… pero ¿qué sucede cuando algo va mal, cuando un día despiertas para encontrar que tus órganos sexuales están exigiendo toda la atención sin importar en lo más mínimo que no te estés sintiendo sexy, cuando ya la necesidad empieza a descarrilar por completo tu vida cotidiana?
El PSAS por su nombre en inglés(Persistent Sexual Arousal Syndrome), es un trastorno que sólo afecta a mujeres. Se trata de una excitación genital que se da de pronto y además es persistente; puede estar o no acompañada de orgasmos y al contrario de lo que suele creerse, no está relacionado con ningún tipo de sensación de deseo sexual.
Esta situación fue documentada por primera vez por la doctora Sandra Leiblum en el año 2001, y solo recientemente se le da el carácter de síndrome en la literatura médica.
Entre los casos más conocidos estan el de Michelle Thompson, una estadounidense que padece este mal y que afirma poder tener hasta 300 orgasmos al día. Cuando vio un documental en la televisión, decidió consultar un doctor. Después de unos meses, le diagnosticaron PSAS.
Otro caso parecido es el de Jeannie Allen, fundadora de un grupo de ayuda online para mujeres con este síndrome. Ella formó esta organización con la idea de no sentirse sola y única en el mundo. Mediante su página fomenta la discusión y la transmisión de consejos para poder llevar adelante el PSAS.
Causas del PSAS
Sobre este Síndrome todavia se conoce muy poco, por lo que no se sabe a profundidad sus causas. Se cree que es consecuencia de una irregularidad en los nervios sensoriales y que afecta más a las mujeres que estan atravesando la post-menopausia (de 40/50 años) o aquellas que siguen tratamientos hormonales.
También se cree que se da en mujeres que han abandonado los antidepresivos que en algún momento les fueron recetados.
En algunos casos registrados, el síndrome fue causado por una malformación arterial-venosa pélvica con los ramas arteriales al pene o al clítoris; el tratamiento quirúrgico era eficaz en este caso.
Síntomas del Síndrome de Excitación Sexual PersistentePSAS
- La mujer experimenta una excitación física muy intensa que puede permanecer durante extensos períodos de tiempo, algunas veces días o incluso semanas. El orgasmo puede calmar temporalmente los síntomas, pero estos retornan en cuestión de horas.
- Son personas que se excitan fácilmente y ante cualquier situación como por ejemplo viajar en coche o en tren, las vibraciones de los teléfonos móviles, a tal grado de que pueden agravar el síndrome de forma insoportable.
- Hay debilitamiento.
- Dificultad de concentración en las tareas cotidianas.
Detección y tratamiento del PSAS
Los psiquiatras o sexólogos son quien mejor lo pueden diagnosticar mediante una evaluación.
Este síndrome aunque no tiene cura, si puede tratarse. El tratamiento esta enfocado más en el control que en la eliminación del problema, ya que esto puede ocurrir de nuevo.
Inicialmente se puede anestesiar o enfriar el área y proporcionar alguna relajación a la musculatura del piso pélvico, luego puede ser bien llevado mediante un tratamiento psicológico y en muchos casos con una terapia conductiva con medicación (psicofármacos ) prolongada.
El PSAS ha interferido tanto en la vida de muchas mujeres que han tenido que dejar su trabajo y hasta terminar con su relación de pareja; psicológicamente estan muy dañadas, sufren depresiones constantes y muchas de ellas hasta piensan en el suicidio.
Afortunadamente y con el tiempo se han ido formando asociaciones y grupos de apoyo a partir de gente con este misma problemática; los cuales ofrecen un espacio de expresión y orientación para aquellas mujeres que se atreven a hablar y enfrentar su situación.
A la ciencia, por su parte, le queda la tarea de interesarse más por el tema y seguir investigando más afondo; con el fin de encontrar alternativas que les permitan a todas aquellas mujeres que los sufren, llevar una vida casi normal.
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