Y con el verano....¡a disfrutar en la playa! :-)

El Precalentamiento
La crema protectora da mucho de sí. Escoge una buena marca que, además de proteger tu piel adecuadamente, la hidratará y convertirá sus manos en instrumentos deslizantes de alto placer.

Masajeale, mimosa o libidinosamente, para ponerle crema y crea algunos momentos íntimos de alto voltaje.

Todo en la playa parece pensado para exacerbar nuestra sensualidad. De hecho, el sol, como dilata los capilares, nos invita a ser más amorosos y apasionados. La sangre bulle en nuestras venas, nuestra pareja está más atractiva debido a que el sol ha bronceado su piel y que sus ojos brillan…

Abrazaos entre las olas, usad un cubito de playa para refrescar al otro cuando estáis en la arena, vertiendo, poco a poco, agua por su espalda.. .Y, como, sin duda, se habrá quedado sin crema al cabo de poco rato, habrá que ponerle más… Una mano puede desviarse, sutilmente, y acariciar las nalgas o un pecho y las dos manos pueden entretenerse con un masaje sensible en la piel o, quizá, uno más profundo para liberar tensiones en la espalda…

Cualquier elemento de la playa puede convertirse en un juguete: un cubito de hielo que se pasa por la espalda para refrescar, una Coca-Cola de lata que se pone en la nuca para paliar el calor, un sorbito de Coca-Cola que pasa de una boca a otra en un beso chispeante…

Por no hablar del agua del mar, que se presta a abrazarse en contacto total y a dejarse mecer en las más variadas posiciones.

Los juegos eróticos playeros son divertidos y muy excitantes. Pueden ser el preludio o el aperitivo a un encuentro apasionado en un lugar más íntimo o la introducción a un encuentro en un lugar más retirado...

Posiciones
La postura más típica dentro del agua es abrazados con él tocando pie y sosteniéndola a ella, pero hay otras opciones. Si estáis en la piscina podéis aprovechar la siempre útil escalerilla o el borde para tener un soporte y para variar la altura de los dos de forma que, por ejemplo, ella o él estén sentados en la escalerilla o en el borde y su pareja, dentro del agua, quede a una altura interesante.

En la playa, podéis optar por usar una colchoneta para que, por ejemplo, ella se sostenga y se equilibre tumbada boca arriba o boca abajo y él pueda amarla libremente.

Otra posibilidad es que sea él quien se tumbe boca arriba y ella intente cabalgarle.
En el agua podéis intentar las poses más disparatadas y difíciles aprovechando la casi ingravidez. ¡Enroscaos el uno al otro a placer!

Peligros a conjurar
Dentro del agua –que, por cierto, es la mejor opción- sólo se puede usar preservativo si él se lo pone antes de entrar en el agua.
El agua, paradójicamente, reseca. En tiendas especializadas se puede conseguir lubricante específico para el agua o se puede usar un lubricante con una textura más rica de lo habitual.

El tema de rodar entre las olas de la orilla mientras os abrazáis es mejor en la imaginación que en la realidad porque os llenaréis de arena, sobre todo en zonas específicas. Si intentáis sexo después de esto, puede ser doloroso…

Si lo hacéis en la arena, con nocturnidad, podéis encontrar una hamaca olvidada para poneros encima o para parapetaros o algún rincón escondido.

Pero tened mucho cuidado con los cámaras aficionados y, también, con la vigilancia en la playa ya que algunas playas tienen cámaras y, además, multas para las parejas que tienen sexo en ellas…

Fuente: www.lamaletaroja.com
1 Response
  1. María Says:

    Ay... cómo me gusta el verano... y después de leer tu artículo, aún más!!!! A disfrutarlo!!!


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